La contabilidad de costos ayuda al control de gastos de una empresa y a definir si sus operaciones están siendo rentables.
Este sistema contable es distinto a la contabilidad financiera y, al no existir obligatoriedad de realizarlo, resulta ser una herramienta analítica de consumo interno que ayuda en la toma de decisiones.
La contabilidad financiera y de costos se diferencian en que la primera clasifica el costo dependiendo del tipo de transacción, mientras que la segunda los clasifica en relación con las necesidades de información de la administración.
La contabilidad de costos evalúa tanto los costos de los insumos de cada etapa de la producción como los costos fijos y la depreciación de tus equipos.
Su utilidad radica en que proporciona datos útiles para la planeación de gastos en una empresa, la determinación de precios de los bienes o servicios producidos, el control de pérdidas y ganancias, y la evaluación de los resultados económicos.
Por ello, es un instrumento que ayuda en la elaboración de presupuestos generales y por departamento o área de operación, y en el establecimiento de programas de control de costos, como puede ser el caso de los gastos empresariales.
Los casos en que podemos sacar mayor provecho de la contabilidad de costos incluyen:
Como este análisis puede resultar subjetivo, es recomendable que la persona encargada de hacerlo cuente con la preparación necesaria para interpretar la información de manera adecuada y que sus estimaciones no resulten sesgadas o erróneas.
Asimismo, es conveniente que le proporciones las herramientas tecnológicas necesarias para que su registro, evaluación y análisis de los costos sean más fáciles y precisos.
Por ejemplo, en el caso particular de los gastos de representación, una buena idea es contar con tarjetas de servicio como Ticket Empresarial de Edenred, que ayudan a la asignación y control de presupuestos, automatizando muchos de los procesos.
Pon especial atención en la contabilidad de costos en tu negocio y aprovecha la información que te brinda para tomar las mejores decisiones que lleven a un aumento en tu rentabilidad y, por tanto, en tu competitividad.